Pensando en aquel viejo refrán, seguro conocido por todos ustedes (Al que madruga…) y que en esta ocasión quisimos relacionar con nuestro oficio, les he de decir que no es ningún cuento. Te diré de forma contundente como es aplicado al diseño arquitectónico y porque deberías empezar a usarlo para tus proyectos.
Comencemos entendiendo que el Módulo en arquitectura es un elemento adoptado como unidad de medida para determinar las proporciones entre las diferentes partes de una composición y que se repite sistemáticamente en el espacio.
Históricamente muchos arquitectos, creadores y diseñadores conocidos han empleado su propio sistema de unidades de medida para la creación de sus obras. En 1948, Le Corbusier usaba la medida de altura de un ser humano adulto promedio para su sistema Le Modulor que combinaba las matemáticas, la naturaleza y la geometría.
Durante el Renacimiento Leonardo Da Vinci plasmo en el Hombre de Vitrubio lo que él consideraba como las proporciones ideales del cuerpo humano mediante el dibujo detallado y anotaciones sobre su anatomía. Y si nos vamos más atrás en el siglo I a.c Marco Vitruvio Polión, arquitecto romano estableció el canon sobre la arquitectura/cuerpo humano en su tratado De architectura conocido hoy en día como el primer libro escrito sobre arquitectura que perduro en el tiempo. Cabe destacar que en esta secuencia que aquí presento los tres personajes guardaron una relación de influencia sobre los hallazgos del que le precedía y la emplearon según la visión personal de cada uno.
Así pues en nuestros días las obras que prevalecen en el tiempo tienen una cuidada proporción y sobre todo una unidad entre todos sus elementos. Si observamos un edificio y este nos parece bello independientemente de su estilo o materiales, es porque ha sido creado en base a la medida y la proporción, más allá de su materia.
Entonces si diseñamos basándonos en el orden, la escala, la relación entre cada una de las partes, apoyándonos en el conocimiento que existe sobre proporciones humanas, la aplicación de los sistemas de medición en los materiales y sistemas de construcción, además de tener un entendimiento de las actividades que se generan en el espacio obtendremos mucho mejores resultados en la creación de un proyecto.
Por estas mismas razones te daré 7 consejos prácticos de cómo usar el modulo en el diseño arquitectónico:
1. DESPIEZA TU TERRENO. Identifica en el lugar de emplazamiento, las dimensiones, proporciones y que formas geométricas lo conforman. Esto te ayudara a fragmentarlo en elementos separados pero relacionados, esto es especialmente útil en polígonos con formas irregulares y alturas pronunciadas.
2. TODOS LOS TERRENOS TIENEN RESTRICCIONES. Pueden ser Impuestas o no, pero debemos modular espacios previamente ya sea para ingresar a pie o en vehículo, así público (según las necesidades del programa de nuestro edificio) así como definir lo que es el frente, parte posterior, sobre todo el sentido que tendrá nuestra obra en la relación de cada fachada con el exterior.
3. BUSCA REFERENCIAS EN EL CONTEXTO. Los edificios circundantes dan una buena idea de la proporción a escala urbana, recuerda que la ciudad es un trazado que responde al contexto tanto artificial como natural (al menos de manera geológica) No te bases necesariamente en la formas, estilos o materiales de las construcciones vecinas. Sino en la lógica de las soluciones arquitectónicas como respuesta al contexto.
4. ESTABLECE UNA MEDIDA REPLICABLE. Ahora que ya tienes analizada la escala urbana, comienza definiendo un sistema de medidas que será la base sobre la que diseñaras los espacios. Puedes ser tan rigorista como lo quieras en cuanto a lograr que todo encaje a la perfección. Hay quien usa la presentación comercial de un producto: como el piso, tabiques o blocks para determinar una cantidad exacta de piezas que definirán las alturas, ancho de circulaciones, o espacios completos. En lo personal aconsejo más usar la antropometría y la ergonomía como punto de partida y de allí complementar con la precepción del espacio y la fabricación industrial de aquellos materiales que deseemos emplear.
5. ORDEN EN LA COMPOSICION. Todo debe tener una secuencia y orden, y por supuesto estar relacionado. La mejor manera de lograr esto es que después de que tengamos una primer esquema o planta arquitectónica. Empecemos a hacer un ejercicio de síntesis en donde eliminemos elementos arquitectónicos que no aporten al conjunto, y buscar algunos otros que aporten unidad como por ejemplo hacer parecer que un muro o cubierta tiene una secuencia-continuidad hacia el interior y exterior del espacio, no dejándolo como un elemento aislado.
6. LOS EJES RECTORES DEL PROYECTO. A Lo que llamamos ejes son las líneas guías que dan secuencia al trazo de los espacios en un plano. Busca que tu composición tenga ejes relacionados, sin generar desfases insignificantes entre ellos, con la menor cantidad posible de estos, la mayor relación y mejor secuencia. Busca que las distancias entre cada eje sean medidas proporcionales de aquella unidad de medida que estés usando: ya sean medidas cerradas, por mitad, por tercio o por cuarto, pero establece una proporción para que exista armonía; Hasta el constructor cuando lea tus planos te lo va a agradecer. Por la parte del resultado Créeme que el ser humano es capaz de leer de manera visual e intuir de manera primitiva si un espacio guarda proporción y le transmite armonía, a esto se le conoce como memoria sensorial y en efecto nacemos con ella.
7. LAS FACHADAS. Llevar el modulo a la fachada es casi automático si lo originaste desde el interior. A final de cuentas la fachada es una composición formal que viene dada por lo que pasa en el espacio interior. Como consejo para las fachadas evita añadir elementos y ornamentos que no dialoguen con la secuencia del espacio. Mejor trata que los espesores de muros, losas, vigas, dinteles de puertas y ventanas, repliquen sus medidas entre ellos, añade coincidencias, muestra como surgen los volúmenes pero no en donde terminan, si tu edificio tiene carácter simbólico o es muy funcionalista debe transmitirlo. Muchos arquitectos se fijan tanto en los materiales de la fachada para darle “carácter y distinción” que dejan de lado el aspecto vivencial del espacio como parte de su relación entre dentro y fuera. Aléjate de eso.
PARA FINALIZAR. Es común que al arquitecto que ha pasado gran parte de su tiempo diseñado espacios compactos, se le complique abordar el diseño a gran escala o viceversa, le parezca un desafío encajar todos los espacios necesarios del cliente en un lote de dimensiones reducidas. Eso de que se solo se nos dan bien las casas chiquitas o decir que somos los arquitectos de las residencias enormes hoy en día es una limitante Ya que las necesidades en esta era requieren que adaptemos, reciclemos y diseñemos nuevas construcciones ya sean compactas o masivas con un sentido de ahorro de recursos y una flexibilidad para transformar y/o adaptar lo existente a nuevos usos.
Si sabes emplear el modulo, la proporción y su relación entre cada elemento que compone el espacio arquitectónico no tendrás ningún problema en llevar tus diseños de escala micro a macro.